Las consecuencias de NO haberme suicidado.

Umm... Perdón por el título raro xD No recuerdo si llegué a escribir esto alguna vez aquí, o hasta qué punto debería ahondar para que resulte útil sin ser tedioso. Pero hoy con 24 años escribo esto, como algo que quizá me gustaría haber leído cuando tenía 16.

En cierto modo, también es mi historia, porque creo que es necesario el contexto. pero si prefieres pasar directamente a lo que dice el título, salta todo lo que está en cursiva. Si realmente quieres ir al grano, las ideas clave están en negrita


      Quizá como yo siempre fuiste una niña triste. Sola, aislada, a veces por ser incapaz de entender a los otros, a veces por la incapacidad de los demás de entenderte a tí. O Quiza, como a mí, cada vez que lograbas superar esos obstáculos y hacías amigos, te arrancaron de tu circulo social cambiándote de escuela y de ciudad, dejándote siempre sin raíces.


      A veces creo que una de las razones por las que he podido salir adelante es que lo más duro fue la infancia. Quizá fuiste como yo y no te diste cuenta de que lo que tenías eran síntomas de una depresión y que en realidad no era normal dormir 3 o 4 horas diarias, o jamás salir a jugar fuera. A lo mejor tampoco supiste qué tan mal estabas hasta que el mundo recuperó literalmente algo de color y descubriste que los lugares de tu infancia no eran grises como los recordabas, sino azules y verdes y amarillos.


      Al final siempre partimos por culpar a otros. Entre esos muchos cambios, a los 10 años me junté con unas niñas al iniciar en un nuevo curso porque a pesar de todo, siempre fui amable, así me criaron. La amiguita de esas niñas volviendo de haber estado enferma creyó que la habían cambiado por mí y se dedicó a hacerme la vida imposible. Cuando todas las niñas me odiaban, me junté con los niños. Me llamaron puta desde antes de saber lo que significaba esa palabra. Y yo creía que lo era. Que merecía todo el bullying, porque no encajaba. Porque no era como las demás niñas, pero tampoco como los demás niños. Que era un paria, que daba asco. ¿Cómo iban a tratar bien a alguien  así?. El día en que me cambiaron de colegio otra vez esas mismas niñas se despidieron llorando en un alarde de hipocresía infinita.


      Los niños y niñas no son crueles, es simplemente que no han aprendido cuál es el límite, y los padres y profesores que deberían establecerlo suelen ser bastante ciegos e irresponsables. Pero una niña de 11 que trata a otra de puta por ser amiga del niño que le gusta no es responsable del daño que está haciendo. Pero eso puendo entenderlo ahora que soy adulta. Entonces no podía. Pasé muchos años odiando a las mujeres, y odiándome a mí misma porque me gustasen las mujeres. Porque sí, esta es la historia de una persona que además de ser una marginada, es bisexual.


      La adolecencia es conflictiva para todos, pero para mí fue mucho menos dolorosa que mi infancia. Aunque seguía sintiéndome horrible por dentro y por fuera, los demás habían dejado de parecerme un referente. Todos eran igual de horribles y daban tanto asco como yo, a si que no tenían derecho a pasar por sobre mí. A los 13 años, ya en el otro colegio pedí permiso en un consejo de curso para decirle a todos, profesor incluído que quienes me estaban intentando hacer bullying -con nombre y apellido- eran imbéciles y que así no llegarian a nada en la vida. Santo remedio, aunque después de gritarles tuve que correr a llorar al baño de los nervios. Tuve amigas que me apoyaron en ese momento y el mundo fue un lugar un poquito menos malo. (Igual hoy en día no es buena idea hacer algo así.)


      A los 14 empecé el liceo, cambio otra vez. Puede que para tí haya sido un poco antes, puede que un poco después. pero estoy segura de que si estás aquí pasaste por sentir esto. Todas las otras chicas son más lindas que tú. Todos los otros chicos parecen más interesantes que tú. Y aunque me sentía así, había aprendido a no mostrar debilidad, a si que ni siquiera me permití a mí misma pensar sobre ello.


      Mi autoestima era inexistente, ya no tanto por sentir que yo estaba mal, sino que por sentir que no había un lugar para mí entre esas personas que se suponía que eran mis iguales. Compensé con otras cosas: Mi mundo estaba en internet. Me cobijé en un foro donde había gente como yo. Más marginados, no tanto por ser excluídos como por cuestionar los márgenes de la realidad. Otros inconformistas que no hayaban su sitio en un mundo superficial y aparente. Ellos no lo saben, pero me salvaron la vida por un buen tiempo sólo con estar ahí.


      Esta situación se mantuvo hasta casi cumplir 17. Casi sin cambios en 3 años que para todo el mundo son de cambios, porque el mundo cotidiano me aburría demasiado y tenía demasiadas cosas que me daba miedo afrontar, y mi mundo de internet era demasiado "raro" para compartirlo y aunque lo amaba me aterraba que me juzgaran por ello, que ridiculizaran ese pedacito del mundo que sí tenía sentido para mí. 3 años en los que jamás me atreví a salir con un chico (y aún no aceptaba que me gustaban las chicas): cortando la posibilidad de raíz no corría el riesgo de que me lastimaran. 3 años en los que cada vez que alguien mostraba interés en mí, creí que era una apuesta o que se estaban burlando de mí. 3 años en los que creía que mis amigos no me querían, que les estorbaba , que realmente no tenían ningún interés por mí y que no me corrían porque yo era muy pesada. 3 años en los que sentía que a mi madre le daba asco y que no podía preocupar a mi padre al que veía poco y que podía perder, esta vez definitivamente, por su enfermedad al corazón.


      El punto de no retorno fue mi intento de suicidio. Hubo un punto en que colapsé, Ni siquiera pasó nada particular que fuera la gota que colmó el vaso. Fue un impulso: simplemente fui, escribí una nota rápida que no consigo recordar qué decía, robé las llaves de la consulta de mi madre una tarde de sábado en que ella no trabajaba, y me encaminé hacia allá para que nadie pudiera detenerme.


      Cuando estaba literalmente con la soga al cuello recordé que había invitado a unos compañeros de curso a mi casa esa noche de sábado, y que si lo hacía en ese momento iba a arruinarles la fiesta. Y yo valía muy poco como para que mi muerte le jodiera la diversión a otras personas que no tenían la culpa de que yo fuera basura.


      Decidí hacerlo otro día, total, estaba segura de que mi madre no habría notado que tomé sus llaves, igual que nunca notaba nada que tuviera que ver conmigo. Caminando a casa, entre lágrimas decidí que no me iría sin al menos intentar pedir ayuda una vez. Le conté a mi madre lo que había intentado hacer apenas una hora antes. Me dijo que era normal que alguien como yo quisiera suicidarse. Ahora, años después puedo entender que fue una elección desafortunada de palabras, pero en ese momento me destruyó por completo, ¿Qué tan horrible, asquerosa, fea y desagradable le parecía a mi madre como para que pensara que alguien "como yo" debería querer morir?. Me tiró hasta el fondo del pozo y me hizo sentir más miserable aún de lo que ya me sentía. Pero cuando tocas fondo no te queda otra opción más que hundirte en la mierda y ahogarte o empezar a salir.


      Y yo tenía tanta, pero tanta rabia de que mi propia madre pensara así de mí, que tuve que hacer de tripas corazón y salir del puto pozo. Si era necesario iba a volver del mismo infierno a callarle la boca.



¿Que seguir las reglas de la sociedad implicaba que era normal llegar a ese grado de desesperación simplemente por existir?. En ese caso es la sociedad la que está equivocada.

¿Que fingir ser normal te lleva a querer morir? Entonces quién diablos quiere ser normal.

¿Que no hay lugar para mí en el mundo? Pues lucharé para crear un lugar al que pueda pertenecer

Ahora ya no me siento de forma tan violenta al respecto, pero de allí pude sacar fuerzas para ser yo misma. Y todo empezó a salir mejor.



Si me hubiera suicidado en ese momento, habría perdido los 7 años fantásticos que han pasado desde entonces. Que han tenido momentos duros, sí, que he sufrido recaídas muy dolorosas, también. Pero conocí de verdad a mis amigos y aprendí a dejarme querer por ellos. He tenido novio y uno que otro ligue, a mi ritmo porque aprendí a aceptar que esta bien que mi necesidad de intimidad, sobre todo emocional, no sea la que los medios dicen que tiene que ser. Conseguí una beca para estudiar Arquitectura, una carrera que me abrió los ojos en muchos aspectos y en la que tuve a los mejores compañeros y compañeras posibles. Gané otra beca que me permitió ir de intercambio un semestre a Europa. Trabajé y ahorré para viajar a visitar a los amigos del foro de internet a los que tengo tanto cariño. Otros me han visitado a mí. Mis cólicos menstruales prácticamente desaparecieron. Mi salud física mejoró considerablemente cuando dejé de estar en una dieta eterna. Me saqué la carga metafórica que llevaba a cuestas y ya no sufro dolores de espalda. Crecí lo suficiente para que me pudieran poner el diente definitivamente que me habían roto de niña y ya no me daba reparo besar. Aprendí inglés, lo que me ha permitido seguir aprendiendo sobre temas que me apasionan y que son inaccesibles actualmente en español. Aprendí a dibujar después de haber descartado estudiar Artes porque sentía que no era lo suficientemente buena. Pude perdonar a las personas que me habían hecho daño. Y así muchas otras cosas buenas.



Nada de eso hubiera pasado si hubiera muerto ese día de Octubre hace 7 años.

Hubiera muerto sin haber tenido amigos reales.
Hubiera muerto sin haber conocido el amor.
Hubiera muerto sin haberme dedicado a nada que me gustase.
Hubiera muerto sin conocer otros lugares.
Hubiera muerto creyendo que nunca podría ser mejor persona.

Y por eso es que SÉ que vale la pena vivir
No es algo que yo, u otros digamos para hacerte sentir mejor. Es la realidad



      Yo lo pude superar sin medicación porque lo que gatilló mi intento de suicidio fue un Trastorno Afectivo Estacional, que es coloquialmente conocido como depresión estacional. Todas mis recaídas graves han sido entre Septiembre y Octubre, en primavera, porque los cambios en el clima afectan de manera negativa a mi cerebro hasta ese punto, y sabiendo que se me iba a pasar no volví a tomar decisiones impulsivas. Pero si tu caso es una depresión crónica, puedes salir de ello con ayuda psicológica y psiquiátrica.


      Tener deseos de morir de verdad no es normal. Querer morirse más allá de una forma exagerada de "trágame tierra" no es normal. Si es tu caso, busca ayuda profesional. Así como cuando ya no puedes más del dolor de estómago vas al medico, cuando ya no puedes más con la vida vas al psicólogo. Es normal y necesario. Si tus padres no te hacen caso pide ayuda a un profesor de confianza o al orientador o psicólogo de tu colegio o universidad. A un hermano o primo mayor, a quien sea. Infórmate sobre mecanismos para controlar la ansiedad, lee sobre inteligencia emocional o gestión emocional, conócete a ti misma o a tí mismo.


      Vivimos en un mundo complicado, y a veces las cosas van cuesta arriba. Pero hay tantas cosas bellas como cosas feas, y tantas oportunidades como problemas.


      Hay una frase muy sabia, que dice que no es sano estar adaptado a una sociedad profundamente enferma, y somos nosotros, los sensibles, los diferentes, los marginados, los que somos necesarios para cambiar este mundo a mejor. Porque si dejamos que los otros, los que ya se adaptaron, tomen las riendas, la humanidad va a seguir igual de enferma.

hola yo soy mem, pase por una situacion medio similar aunq lo mio fue mas como depresion compulsiva por no poder obtener algo que deseaba en ese momento , sufro de ansiedad y depresión compulsiva pero como tu dices no es nada del otro mundo con ayuda psicologica y algunos medicamentos es el comienzo para poder continuar, hay algo que me di cuenta a pesar de que pensé que estaba sola y nadie me apoyaría mi familia sufrió mucho por ese intento de quitarme la vida y aunque aun tengo recaídas (claro no tan graves con la primera vez) y me pregunto porque no pude morir en aquel momento?
me alegra seguir con vida..... y haber conocido personas de todo tipo y lo mas que agradesco fue que puedo y espero seguir compartiendo con mis sobrinos si hubiera muerto nunca los habria conocido las cosas pasan por algo aunq hay veces que no entendamos las razones no creo que debamos rendirnos tan facilmente

Vaya, al parecer en el pasado sufriste demasiado.
Creo que de pequeños no nos damos cuenta el daño que hace el bullying.
Me sorprende la respuesta de tu mamá, al revelarle lo que querías hacer... no sé como pudo tomárselo tan a la ligera.
Creo que de cierta manera puedo entender el dolor que te causó eso, que ni la persona más cercana de tu familia, pudiera apoyarte cuando lo necesitabas.

Y pues la verdad, que bueno que pudiste levantarte de todo eso, de salir adelante con tantos triunfos (y los que te estén por llegar)

Al parecer cada vez confirmo la teoría de que todo pasa por algo y lo que no pasa, también es por algo.

Decidiste seguir adelante y mira todo lo que has hecho!
Todo lo que has aprendido y que estoy seguro que hacen que tus buenos momentos, los aprecies más de cierta manera.

Hola. Realmente intensas tus palabras. Por un lado, me tomo la libertad de felicitarte porque está hermosamente redactado, tienes una capacidad literaria increíble (se notan tus años de foro), y no lo digo solo por la arquitectura del texto, sino tu capacidad de transmitir tus pensamientos y sentimientos de forma clara y didáctica.
Se nota que eres una persona sensible y empática (por ese deseo de poder ayudar a otros y querer evitar el daño que tú misma sentiste). Pero además eres una bella persona. La has pasado pésimo, pero tienes una resiliencia gigante. Una inteligencia emocional envidiable porque de convertiste la adversidad en tu fuerza y motor de cambio. Y que rico leer las últimas frases, que rico saber que si bien tu vida actual no es perfecta, te lees plena. Así que gracias por tus palabras, gracias por compartir tu historia. Y a seguir adelante, disfrutando un día a la vez. Un abrazo enorme!